martes, noviembre 09, 2004

Hasta ahora he estado escribiendo bastante light en la bitácora esta, como tanteando terreno. Ha sido más que nada una especie de sitio de comentarios, una que otra foto y sanseacabó. Esto tiene varias razones de ser; primero, que me gustan las fotos, mucho, y me encanta poder pegarlas en algún sitio y poder verlas allí. Segundo, me gusta hacer comentarios para poder leerlos después. Vamos, que ha sido por y para mí, pero siempre con la idea de que cualquiera más podría leerlo (lo cual, hasta donde sé, no debe ser motivo de preocupación: ¡no me leen ni las moscas!). Claro que, por otro lado, si realmente no quisiera que nadie me leyera lo habría hecho privado y fin del asunto.

Luego, para entender la razón de fondo, basta saber que esta onda de los blogs es totalmente contraria a mi naturaleza. Soy una persona muy tímida. Mucho. Soy de esas personas que hablan poco y prefieren ver y escuchar con atención a su alrededor. La mayor parte del tiempo prefiero pasar desapercibida. Y eso cuando salgo; porque soy una verdadera ermitaña en medio de la ciudad. Tengo la fortuna (o desgracia, según se vea) de tener un trabajo que me permite hacerlo en casa, todo a través de Internet y correos electrónicos. Como consecuencia, salgo poquísimo. Me gusta estar sola y dedicarme a mis cosas: leer, escuchar música, dibujar, tomar fotografías, ver películas, etc.

No me considero una persona aburrida, es sólo que es difícil darse cuenta debido a mi introversión. Entonces, venir de repente con la idea de escribir sobre mis cosas, expuesto a todo el mundo, pues la verdad me parece extrañísimo. Sobre todo porque es gente a la que no veo, o sea, no puedo medir su reacción y decidir si sigo, me freno o de plano me regreso. Lo gracioso es precisamente eso, ¿por qué habría de importarme lo que pueda pensar alguien que no me conoce y de cuya existencia bien podría nunca llegar a saber?

1 comentario:

Akhu dijo...

JA! simón, es curioso pero a la vez es bien neto, porque los que nunca hablan con nadie, los introvertidos de toda la vida, como yo, somos los que terminamos revelándonos al mundo a través de estas cosas llamadas blogs.
Bueno aunque a toda regla existe una excepción, por ahí anda cada escandaloso (a) que su personalidad está igual de cachiruleada que su blog, siempre queriendo llamar la atención de la pobre humanidad a como dé lugarm, terrible, terrible, como dicen algunos: calladito te ves más bonito (a).