viernes, enero 28, 2005

Las cinco del viernes

Son las preguntas de la semana pasada, pero me latieron y como las de esta semana les tengo que echar más coco (bueno, así lo siento), pues mejor pongo éstas mientras. Lo que sí es que tuve que echarme un clavado a mis memorias prehistóricas, porque hay cosas de las que ni me acuerdo bien...

1) ¿A qué jugabas en el recreo?
Me parece recordar que jugaba diferentes cosas: resorte, quemados, a las escondidas y cosas así. Recuerdo que a veces nomás era sentarse por allí sin hacer nada (seguramente cuando ya era más grande, en secundaria). Lo mismo en prepa, donde si no te ponías a platicar y tontear con el galán de turno. Y ya más grande, me acuerdo que nos ibamos en el coche a tontear y a gastar gasolina a lo idiota (ahora que lo pienso me da fiaca).

2) ¿Mantienes amistad con los compañeros del cole? ¿Te gustaría saber qué ha sido de su vida?
No y no. Sólo más o menos (menos que más, pero en fin) con un par de amigas de la primaria y secundaria, y ni siquiera diría tanto: a una apenas la vi en agosto después de no haber tenido contacto durante más o menos unos 7 años; la otra me la encontré hace unos 3 años, nos saludamos con sincero gusto, pero no hablamos desde entonces. De los demás, no sé nada ni me interesa saber, en realidad. La antisocial, ¿no?

3) ¿Eras de los graciosillos, de los florero o de los matones?
Ufa, era de las calladitas que se sentaban hasta atrás esperando que nadie las notara. Era dolorosamente tímida. (¿¿Y qué es eso de "los florero"?? Que alguien me explique por dios).

4) ¿Primera fila, última, mitad? ¿Uniforme, mixto, curas, monjas?
Lo dicho: hasta atrás, invariablemente. Nunca me gustó tener a alguien detrás mío, manías que tiene uno. Era una escuela de monjas, mixta y con un uniforme bastante típico de faldita gris, blusa blanca y chalequito con suéter rojos (saco los días de gala).

5) ¿Te enamoraste de tu profesor/a alguna vez? ¿Triunfaste con él/ella?
No, casi siempre tuve maestras. Los pocos maestros que llegue a tener, pobrecitos, estaban muy dejados de la mano de dios. Uno de ellos me caía de pelos, la llevábamos bien, y a lo mejor sí había algún coqueteo por ahí (había el rumor de que yo le gustaba), pero nunca pasó a mayores.

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