domingo, febrero 05, 2006

Oído por casualidad

La gente es muy graciosa. Eso, o yo soy muy simplona. O burlona. Muy probablemente una combinación de las tres cosas.

Fui hoy al mirador de la Torre Mayor en la Ciudad de México, y mientras miraba, no pude evitar escuchar retazos de conversaciones:

El padre a la hija, orgulloso del magnífico edificio probablemente porque ignora que los 225 millones de dólares que costó son capital canadiense: Muchos países del primer mundo no tienen un edificio como éste.
Hija: Aaah. ¿Cómo cuáles?
Padre: Mmm. Francia, por ejemplo. En Francia no tienen edificios así
Hija: Ah, pero allí tienen la Torre Eiffel.
Padre: Ah, pero esa no cuenta.

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Al anochecer, ante el interminable tapete de luces, otro padre a su hijo pequeño: ¿Ya viste el globo que está allá?
Hijo: No, ¿dónde?
Padre: Allá, donde se ve la lucecita blanca prendiendo y apagando.
Hijo (y yo, de paso): !?!

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Finalmente, un muchacho a su novia, que evidentemente tenía pánico a las alturas:
Ven, acércate. Confía en mí: yo soy Superman y vuelo por los cielos.

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