
Mis tenis de adolescente wannabe, les digo. Jaja, aunque ni muerta querría ser adolescente de nuevo, qué horror. ¿Quién necesita la cara llena de espinillas, las angustias hormonales, y los papás dándote un ridículo permiso hasta las 11 de la noche (porque, sí, mis papás son a la antigüita y había que apechugar; yo creo que a los adolescentes de ahora les daría risa...)?
Si me preguntan, bueno, adolescente seguro que no, PERO no me hubiera molestado quedarme indefinidamente de 25 años.
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